El Arte Barroco

El barroco mexicano tiene una visión y una estructura diferente del barroco europeo, se tiene la impresión de estar en frente a una sensibilidad  estética y a una concepto artístico diferente implantado en edificios, imágenes, estilos y estructuras de evidente origen europeo.  El arte mexicano es parte integrante de los grandes movimientos  y corrientes artísticas que se han generado adentro del arte occidental. Entonces  sería difícil hablar de un arte colonial  deslindado con las obras artísticas del Viejo Mundo, donde un ejemplo análogo se encuentra en la Edad Media, cuando las estructuras y modalidades cristianas se implantaron en los países ocupados por pueblos recién llegados en el continente europeo y a poco a poco generaron  formas de arte individual y nacional, donde se observa un florecimiento sorprendente que dio origen al arte románico y gótico. En Europa no existe un arte puro, porque desde tiempos inmemorables, sugerencias, estímulos y soluciones  llegaron de las grandes civilizaciones de la cuenca del Mediterráneo y del Cercano Oriente y aún más lejos de  las civilizaciones del Extremo Oriente y de África. En este último caso se recuerda la última grande influencia del arte africano sobre la producción de los Cubistas.

El mismo arte gótico está repleto  de influencias y de reminiscencias asiáticas relacionadas con el paganismo que practicaban los bárbaros durante su estancia en Asia. Bajo este aspecto ninguna civilización está exente de influencias, de sincretismo, de hibridismo, más o menos marcados. Con la invasión española también el arte local fue sujeta a un fuerte proceso de sincretismo e hibridación a pesar que desaparecieron las obras más significativas relacionadas con el culto religioso, como las pirámides, canchas de juego de pelota, esculturas de dioses, estelas, etc.

En México la génesis del arte colonial está en la utilización de mano de obra y de artistas indígenas  bajo la dirección de frailes y posiblemente de algún albañil o escultor español. En las escuelas para indios fundadas por los misioneros los nativos estudiaban las artes mecánicas, música, canto, etc. Posiblemente de allá salían las maestranzas que se encargaban de levantar templos y otras construcciones  en el territorio de la Nueva España.

En la arquitectura Novo hispánica  el concepto espacial es cúbico y geométrico, como los grandes edificios prehispánicos, desapareció la estructura piramidal, pero se preservó el concepto estético fundado sobre el geometrismo.  La decoración por medio de la escultura, del grabado y de la decoración en estuco es la que da movimiento a la estructura, arquitectónica produciendo un efecto análogo al barroco y también al gótico europeo.

En el barroco europeo las iglesias con sus líneas curvas están integradas en un espacio móvil a la estructura de la ciudad y forman un conjunto  a veces imposible de separar. Se puede decir que el efecto pictórico y escultórico y no arquitectónico es quién da el movimiento a las portadas, que de lo contrario se quedan de una forma cúbica poco articulada.  En el Barroco mexicano los edificios se levantan majestuosos, aislados, del contexto urbano, como una excrecencia o extensión vertical de la tierra donde se instala una cosmología sagrada que tiende hacia el cielo. Posiblemente una impresión análoga la sugieren las grandes catedrales góticas y los templos de la India y del sureste asiático.

Esta diferencia sustancial unida al amalgama de estilos , hace difícil hablar en la Nueva España  de un arte barroco propiamente dicho, se le define con esta palabra por indicar históricamente un tipo de arte que bajo determinadas circunstancias florecieron  contemporáneamente a aquella europea en el siglo XVII y que presenta analogías exteriores: ej. Exuberancia de decoración, uso del color dorado, de la columna salomónica, del estípite, etc.

El churriguerismo español se implantó con éxito en la Nueva España dando origen a obras maestras como el Retablo de los Reyes  en la catedral de México, la Capilla del Rosario en Puebla y la iglesia de Santo Domingo en Oaxaca. A lado de  estas expresiones más cercanas en su inspiración  artística al barroco europeo,  surgen ejemplo locales como la iglesia de Tonantzintla en el estado de Puebla o la iglesia de Ocotlán en el estado de Tlaxcala donde se asiste a una interpretación original  de motivos cristianos bajo la experiencia y las antiguas creencias autóctonas que aún permanecían viva entre el pueblo; estos ejemplos  en su realización artística y estética  se alejan del barroco europeo para dar origen a un estilo propio que sin duda se puede definir como mexicano.

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